Mi playa favorita en verano está al final de Playa d'en Bossa, Sal Rossa, donde incluso en pleno bullicio del verano puedes encontrar tranquilidad y aparcamiento para darte un baño antes, durante o después de un día de trabajo. . En invierno, sin embargo, me encanta Salinas, que en un día soleado es impresionante, el mar es como un plato con delfines, la gente disfrutando de un picnic, los niños jugando, puedes dar un paseo increíble en invierno con tus perros y hablar con muchos. de personas con ideas afines de todo el mundo... ¡Ni siquiera en invierno pierde su multiculturalidad!

Aigues Blanques en Ibiza ha sido mi playa favorita durante más de una década, escondida en el norte donde aún brilla la autenticidad de la isla. Es mi pequeño escondite, pacífico e intacto. No mucha gente lo conoce, lo que lo hace aún más especial. Y déjame contarte sobre el pequeño Chiringuito que tiene: ¡de eso se trata la vida! Sus mojitos y bocadillos frescos son inigualables. Es un santuario, donde la vida tiene sentido y el tiempo se ralentiza.

Cala Carbó, una pequeña cala en el sur de la isla, siempre ha sido un lugar querido para mí. Es una joya escondida, libre de ostentación y glamour, pura tranquilidad. Después de un día tomando el sol, hay dos restaurantes sencillos pero auténticos para elegir. Sin lujos, solo buena comida y buen rollo. Es donde mi familia y yo vamos a relajarnos y conectarnos sin distracciones. Cala Carbó es como nuestro pequeño paraíso, donde las alegrías sencillas de la vida cobran protagonismo. Si buscas relajación genuina y tiempo de calidad, este es el lugar para ti.